martes, 27 de agosto de 2013

SOY SEPULCRO BLANQUEADO

28 agosto

Aparentar. Hoy día eso vale más que ser. Todo a nuestro alrededor conspira para que caigamos en ese juego, mismo que Jesús condena en el Evangelio (Mateo 23, 27-32), donde identifica a los fariseos con el calificativo que se ha hecho famoso: "sepulcros blanqueados".

Cuando leo que Cristo llamaba a los sacerdotes de su tiempo "hipócritas", con facilidad pienso en los curas, pastores y otros líderes religiosos de hoy. Algunos de ellos predican  con la boca, pero no con la vida.

Pero enseguida recapacito, y pienso que a quien Jesús llama hipócrita es a mí, porque demasiadas veces soy de esos árboles que solo son apariencia, pero no dan frutos.

¿A quién intento engañar? ¿A Dios? No creo que Él se deje estafar. Él no se traga nuestra propaganda. Nuestro Padre sabe cuándo y en qué medida somos "sepulcros blanqueados", es decir, por fuera mármol hermoso, pero por dentro nada más que gusano y podredumbre.

Jesús también denuncia a los fariseos porque son tan malos o peores que aquellos a quienes señalan con el dedo. Entonces pienso que muchas veces soy así; con facilidad juzgo al otro, lo muelo con mis críticas, pero cuando la vida me pone a prueba, soy capaz de caer en lo mismo que de él denuncio.

Podemos seguir y seguir, pero ¿para qué? Tú y yo sabemos de sobra a dónde llegaríamos con esta reflexión. Llevamos dentro una mala levadura. Pero Jesús nos dice también que somos hijos de un Padre que, a pesar de ser como somos, nos propone un plan de fuga, un camino para salir del hueco.

¡Huyamos!

P.S. Somos libres para quedarnos donde estamos, o para saltar fuera de la olla. Esta canción resume en algo lo que pasa cuando optas por Jesús. Pulsa aquí: https://www.youtube.com/watch?v=3IxXXYt4qNQ&feature=youtube_gdata_player

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