miércoles, 3 de julio de 2013

SI NO LO VEO, NO LO CREO

3 de julio

“Si no lo veo, no lo creo”.

Que si el vino se convierte en sangre, y el pan en cuerpo; que si hay vida más allá de la muerte; que si hay ángeles protectores y un gran Espíritu superior entre nosotros…

Sé que para ti, como lo fue para mí, esas creencias son cosas de viejas e ilusos…; supersticiones. Crees que al morir se acaba la fiesta, y por eso hay que vivir con intensidad aquí y ahora. Después, nada.

Hoy la Iglesia celebra el día de Tomás (Juan 20,24-29), el apóstol que dudó de la resurrección de Jesús. Dos mil años después es famoso por su frase “Si no lo veo, no lo creo”. Pocos saben que es el patrono de la India, donde fue asesinado por predicar el Evangelio. También es fundador de la iglesia siro-malabar, una variación católica de rito oriental, con un poco menos de 4 millones de fieles en tierra intolerante.

Como se fue muy lejos de los reflectores, pasó a la historia como el incrédulo y no como uno de los grandes continuadores. Los periodistas siguieron a Pedro, Pablo, Juan, Santiago…

No estuvo el día que Jesús se apareció al grupo, por eso no vio y escuchó la primera vez, y dudó. Cuando uno se separa de la comunidad, con facilidad llega la desconfianza, dejas de creer.

Pero gracias al recelo de Tomás, la Iglesia tiene hoy certezas de la resurrección, y que quien volvió a Nueva Vida lo hizo en cuerpo humano, y no como fantasma.

Hay otra frase de Tomás que pasó a la historia, “Señor mío, Dios mío”. La dijo cuando Jesús tomó su mano y lo obligó a tocarlo. Hoy esta frase se repite en cada misa, cuando se levantan el cáliz y la hostia. Es el momento de la duda, por eso se dice entonces.

Tomás soy yo. Eres tú.

P.S. Hoy es día para rezar por quienes no tienen fe. Por eso pulsa aquí:
http://youtu.be/oZnUn6DxfD0

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