23 julio
Cuando Jesús vino por mí, había abandonado a mi esposa y mis
hijos, “vivía mi vida”; me quedé sin trabajo y entré en una espiral de sexo
libre, vicio y mentiras. No diré más para no abrir heridas y volver a ofender a
personas que rompí por mi egoísmo.
En aquellos días me enrolé en un grupo de la Nueva Era que,
si bien no tanto por sus principios fundacionales, sí por sus prácticas y
juicios actuales, ha estructurado una teología propia, y con ello una moderna
religión, es decir, una forma exclusiva de re-lacionarse con Dios.
Uso los términos “teología” y “religión” desde la
lingüística y la antropología, y con toda la intención pues a esta gente
querida de la nueva era la palabra religión les apesta. Abrazos a ellos.
En eso andaba cuando el Padre metió su mano en el agua y me
sacó: adúltero, alcohólico, ocultista y charlatán…
En la Primera Lectura de hoy (Éxodo 14, 21-31.15,1) se narra
la escena en la que el pueblo judío escapa de Egipto: Moisés levanta su brazo y
el Mar Rojo se abre, los judíos entran a pie a terreno submarino, altas
murallas de agua a su izquierda y derecha. Faraón y su ejército van por ellos,
pero a medio camino, las montañas de mar caen y se ahogan. Israel es libre.
Seguro no crees esta historia. Yo tampoco la creía. Hasta
que el Señor mi liberó a mí de mi Egipto personal. Me hizo cruzar por mi propio
Mar Rojo, y hoy me tiene caminando en el desierto, tratando de meterme en
cintura.
Era esclavo. Sobre todo de mis propios apetitos y programas.
Como tú ahora, y perdona que me meta. Yo no lo sabía. De verdad pensaba que
estaba bien, que lo que hacía era justo y a nadie dañaba, que la vida era para
vivirla pues se acaba pronto.
Él entró y ¡Putúm! todo patas pa’rriba.
Hoy quiere abrir el mar para ti. Sacarte de donde estás,
aunque creas que estás bien. Solo debes dejarte llevar.
P.S. Quienes me conocen saben quién y cómo era. Perdón por
ofenderlos. Les entrego lo que Dios está haciendo en mí. ¡A bailar!: http://youtu.be/9IFgdZbMmlM
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