lunes, 22 de julio de 2013

MAGDALENA Y LA GRUTA

22 julio

De regreso de Bocas del Toro, la isla. Allí, en un santuario natural esculpido por Dios en la roca de una montaña, con paciencia de siglos, tuve la certeza de que el cielo se juntaba con la tierra.

Cruzar la gruta oscura, bajo el techo de estalactitas y murciélagos, para alcanzar la salida bañada por una luz cegadora, me recordó la vida misma, este peregrinaje que antes pensaba que era el fin, y ahora tengo fe que sólo es el inicio.

Hoy el Evangelio (Juan 20, 1. 11-18) narra el momento en que María Magdalena encuentra el sepulcro vacío y a Jesús, resucitado, que le dice no llores, mira estoy vivo, ve y dile a todos esta noticia.

Magdalena. Una mujer pecadora, de la que Jesús expulsó siete demonios, tuvo el privilegio de ser la primera en saber la Buena Nueva. No escogió Dios a alguien santo ni experto ni valiente. Escogió a la más débil criatura para tremendo regalo.

Así me sentí ayer en el Santuario de la Gruta. Como un insignificante ser ante tanta enormidad, tanta virtud ante mis ojos.

Pero así es el Señor. Él regala. No porque uno se lo gane, sino porque Él es bueno.

En este día que se recuerda a Magdalena, yo que he sido tan terrible e injusto, pero como ella he sido rescatado, canto al Padre en acción de gracias, y le suplico que también te dé a ti la ocasión de verlo vivo, sonriente y dadivoso, como lo viví ayer en la gruta de Bocas del Toro.

P.S. También te digo ¡¡¡JESUS VIVE!!! Otros te dirán que es un mito. Yo te aseguro, porque lo vi, que está aquí. Pulsa en este enlace:https://www.youtube.com/watch?v=CCyoTa1sdMw&feature=youtube_gdata_player

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