19 junio
Se calcula que la inversión publicitaria mundial en 2013
llegará a 540 mil millones de dólares, según la firma de investigación en
marketing WPP. La mayoría de este dinero se irá para las televisoras, otro
tanto para radio y periódicos, y un admirable 21% (113 mil 500 millones de
dólares) lo generarán los anuncios en internet.
Todo ese platal se usará con una sola intención: Decir “Yo
soy lo máximo, el más lindo y capaz; los otros me hacen los manda’os”.
A todos nos gusta creer que somos mejores que los demás; que
el otro es menos. Pero no basta con pensarlo en la intimidad; morimos por
contárselo a quien sea. Algunos con disimulo, otros a gritos (¡540 mil millones!).
Hagamos la prueba hoy. Sin darnos cuenta en algún momento le
estaremos diciendo a otros lo buena gente, inteligente y excelsos que somos. O,
pobrecitos, qué dura ha sido la vida conmigo y, miren, soy un héroe, un santo,
porque he resistido y aquí estoy. O, peor, mírenme, a pesar de ser el más
pecador del barrio me he levantado y le gané la batalla al diablo, ¡aplaudan!
Jesús nos pide hoy (Mateo 6, 1-6.16-18) que el cristiano haga
lo suyo en silencio, no haga algarabía con sus limosnas ni su ayuno ni sus
plegarias. Cristo usa esta frase implacable: Todo lo que hagas “quedará en secreto,
y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará”.
Entonces pienso: ¿Cuándo doy testimonio de la acción de Dios
en mi vida, muy en el fondo, lo que busco son aplausos? Tiemblo.
Ser cristiano es amar, y el amor es sigiloso.
P.S. La sencillez a la que puede y debe llegar el amor
humano, iluminado por la gracia divina, pulsando aquí: http://youtu.be/WsqhCbsjaNE
Coincido contigo, uno no tiene porqué ir haciendo alharacas con cada obra de bien que hacemos. Eso es pura vanidad y en el fondo hasta egoísmo porque nos gusta que nos miren a nosotros y no a los demás.
ResponderEliminarGracias por compartir
Muchas gracias Eduardo... Me gusta la perspectiva desde que lo planteas y también tiemblo. Bendiciones,
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