PADRE NUESTRO

20 junio

Hoy es el día del Padre Nuestro. Desde la semana pasada se venía presintiendo, y hoy Jesús lo soltó (Mateo 6, 7-15), y cambió para siempre la manera de orar en el planeta y la historia.

Me imagino ese momento. Los apóstoles escuchan a Jesús recitar aquellos versos poderosos, y aunque no entendían ni pío, se pusieron a repetirlos hasta aprenderlos de memoria. La mayoría no sabía escribir. La memoria es la vida. Veo a Felipe preguntándole a Andrés “¿Cómo es que dijo? … ¿Danos hoy qué cosa?”…

Aprendí hace poco a pasar esta oración por la boca, como miel, y dejarla ahí largo rato, toqueteando las papilas. Cada vez que vuelvo sobre el texto surgen probabilidades nuevas, preguntas, inquietudes, luces y sombras.

"No es una oración vocal, para los automáticos. Es una oración para contemplarla".

En una película en la que Omar Sharif hace de Pedro, el guionista puso esta oración en los labios del apóstol durante un largo cautiverio. La repetía, la repetía y la repetía. Con serenidad de mar. Quiero pensar que los discípulos décadas después, al pronunciarla, en seguida se conectaban con el Jesús de su memoria, con aquel instante en que se las enseñó, su cara, su voz, su barba, sus manos callosas… Seguro se le salían lágrimas.

El 13 de marzo de 2013, en la Plaza de San Pedro, bajo una lluvia helada y aturdidora, con el cuerpo entumecido, la recé una y otra y otra vez, por horas. Como Omar Sharif en la cárcel de esa película. Cuando anocheció, Bergoglio se asomó por el balcón vestido de blanco. Papa Francisco. Tomé la foto, congelado, y empecé otra vez: Padre Nuestro…

P.S. Quien canta, ora dos veces, y si es el Padre Nuestro, corazón de los Evangelios, mejor. Pulsa aquí: http://youtu.be/8gECnWFCjuU