miércoles, 26 de junio de 2013

DE PAPELILLO

26 junio

Ella abandonó marido y cinco hijos. El mayor de los niños tenía once años, y la menor tres. El hombre llegó a casa y la encontró vacía, sin ella; los chiquillos lloraban.

¿Qué hacer? Cualquiera hubiera colgado los guantes: Repartir los hijos en casa de parientes, buscarse otra mujer para criarlos, echarse al abandono…

Este hombre lo que hizo fue mantener la familia. Lo que me llama la atención es que nunca fue a la Iglesia, nunca lo vieron con una Biblia debajo del brazo, pero tampoco se le escuchó maldecir. Sin tener vida cristiana “oficial”, le enseñó a sus hijos el valor de la verdad, a trabajar duro y sin pausa, y a cuidar la espalda del otro, nunca apuñalarla.

Claro, le faltaron detalles. Las hijas debían “construir” sus muñecas con botellas, porque jamás hubo regalos de Navidad. Ni ropa nueva, ni zapatos. Eso sí, no faltó la escuela y la comida.

Hoy Jesús nos habla en el Evangelio (Mateo 7,15-20) de los falsos profetas que abundan y distraen del verdadero camino. Cristo recomienda a sus discípulos que pelen el ojo, y detecten cuáles son sus frutos. Me pregunto ¿Cuáles son los falsos profetas de hoy? ¿Cuáles sus frutos?

No puedo dejar de pensar en la televisión, en la radio, en los periódicos y ese insistente bombardeo que te incita a comprar, a rumbear, a beber sin medida porque la vida es aquí y ahora, y mañana no sabemos. Y pienso en quienes están detrás de esos mensajes, que los usan para hacerse millonarios vendiendo muerte. Para esos “profetas del gozo” la familia no importa. Sin familias, venden más.

También hay otros profetas papelillo. En la religión abundan. Ojalá no me convierta en uno. Espero que mis hijos nunca vean eso.

P.S. Para el hombre de la historia de hoy, el de conducta heroica, esta canción de agradecimiento. Hubiera querido tener razones para cantarle lo mismo al mío:http://youtu.be/_5Ji6eMkXUg

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