martes, 21 de mayo de 2013

TEMOR


21 mayo

Hoy llegamos a una lectura que me para los pelos (Eclesiástico 2, 1-13) que dice: “Si te has decidido a seguir a Dios, prepárate para la prueba (...) Acepta cuanto te suceda , aguanta enfermedad y pobreza, porque el oro se acrisola en el fuego, y el hombre que Dios ama, en el horno de la pobreza”. ¡Pum!

No puedo evitar pensar en todos esos amigos y amigas que decidieron  dedicar su vida al Evangelio, dejando las oportunidades económicas que les da  “el mundo”. Esta lectura es para ellos, junto con mi abrazo y admiración.

Más adelante, como para bajar la temperatura, Eclesiástico dice: “Los que temen al Señor, confíen en Él, que no retendrá su salario hasta mañana; los que temen al Señor, esperen bienes, gozo perpetuo y salvación (…) ¿quién gritó a Él y no fue escuchado?”.

Esta semana los católicos del mundo confrontan sus vidas con La Palabra que habla de los siete dones del Espíritu Santo. El de hoy es el don del Temor de Dios. No es “miedo a Dios”, sino esa otra actitud que inspira reverencia al Padre y temor de ofenderlo, y aparta del mal al creyente, moviéndolo al bien.

Hace unos días me agarró un aguacero feroz mientras iba en moto por las lomas resbalosas de Samaria. Viajaba hacia la parroquia de Torrijos Carter. Bajé la velocidad por instinto. Tres kilómetros por hora, tal vez menos. Puedo decir que no fue por miedo… fue cautela, para evitar una calamidad.

En los afanes espirituales, a eso equivale el Temor de Dios, a la cautela. No es hacer el bien por temor al castigo del infierno. Eso sería miedo, y el miedo esclaviza. El Temor de Dios te inclina al bien por Amor al Padre, para no ofenderlo; nace de la convicción que lleva a descubrir que sólo el Señor es digno del servicio del hombre.

P.S. Estamos festejando al Espíritu Santo y sus dones. Porque sabemos quién hace los milagros pulsa aquí: http://youtu.be/4qyRlRk3MkY

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