lunes, 27 de mayo de 2013

DIOS DE PUERTA EN PUERTA

27 Mayo

Ayer compartí con un grupo de hombres que por 22 años se ha dedicado a la oración y a llevar la Palabra de Dios de puerta en puerta en San Miguelito, de manera especial en sectores pobres y violentos. 

Y lo hacen ahí porque de ahí vienen. Son hombres duros, con el rostro, el cuerpo y el alma llenos de cicatrices. Una mayoría viene de regreso del alcohol y la droga. 

Pero un día vieron a otros hombres como ellos orando en su casa el Rosario, y hablando de un tal Jesús. Los que ayer estuvimos con ellos nos conmovidos al ver a un hombre rudo de rodillas, convertido en niño, en manos de Dios y llorando. 

La Primera Lectura de hoy (Eclesiástico 17,20-28) enseña que “A los que se arrepienten, Dios los deja volver”. En otra parte subraya: “Vuelve al Señor, abandona el pecado, suplica en su presencia, y disminuye tus faltas”. Cuando leí eso esta mañana, supe por qué el Espíritu me había llevado ayer a San Miguelito: para mostrarme una vez más que la Palabra no es teoría. 

Lo admirable es que esos hombres han entendido que reconciliarse con el Señor es ponerse en movimiento. Por eso esparcen la semilla en los huecos de donde salieron. Llegan, tocan la puerta y, si los dejan entrar, leen la Palabra del día y oran en torno a ella. Sencillo y “primitivo”, pero efectivo cuando se hace sabiendo que es Dios quien hacer crecer la planta. Así lo constata Cristo en el Evangelio de hoy (Marcos 10,17-27). 

En ocasiones en esas casas hay un hombre con aliento alcohólico, apático, y enojado porque cree que quien llega a rezar es una viejita regañona. Cuál no es su sorpresa al ver cruzar por la puerta a hombres que, se nota, han estado en el mismo fondo que él. Entonces termina cediendo a la invitación de entregarse a Jesús, y se integra al grupo. 

P.S. Ayer en la parroquia de Santa Librada pude ver cara a cara a un grupo de ángeles. Pulsa aquí:http://youtu.be/-N4FbVVBw1w  

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