martes, 28 de mayo de 2013

DEJARLO TODO POR DIOS

28 Mayo

El Espíritu me hizo evadir ayer el tema del joven rico. Para algunos, esta Lectura se centra en la frase de Cristo: “Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios” (Marcos 10, 25).

Hoy el Evangelio (Marcos 10, 28-31) avanza por la misma ruta. Es un tema ácido al que hay que meterle el diente si queremos avanzar y ser felices de verdad.

Recuerdo cuando era muchacho, y el cura que nos guiaba trajo al grupo a unos yeyesitos. Por complejo de inferioridad o prejuicio me dediqué a hacerles la vida imposible a los que tenía más cerca. En mi cabeza se había anidado la loca idea de que “los ricos no van al Cielo… Dios no los soporta”. Muchos se retiraron hastiados de mi mala leche.

Pero la vida se encargó de mí. He tenido la gracia de conocer a personas con mucha plata, pero libres de toda atadura a los millones que les sobran. Entre muchos se me viene un nombre a la cabeza, pero sé que él me mataría si me pongo a abanicar sus obras de caridad. Sólo diré su nombre de pila: Raúl. Dios le dé sabiduría, paz y fortaleza siempre.

Una línea para los pobres que conozco y que, como yo hasta hace poco, asemejan una roca inamovible y le dicen “no” a Jesús.

Porque debo decir que esa la lectura del joven rico la entendí cuando supe que estaba apegado a mi nada, incapaz de dejar “bienes” (léase vicios, egoísmos y zonas de confort) para entregarme a Cristo. Lucho con la arrogancia que cree que “YO” es la palabra más hermosa del diccionario, y la cuido con celo. Esos días cuando pierdo la batalla, me convierto en uno de esos ricos inferiores al camello. ¿Y tú?

P.S. Sé que muchos estamos tratando de ser libres, sin apego a nada ni nadie, por amor a Jesús. Otros tantos van a empezar hoy. Por eso pulsemos aquí: http://youtu.be/XDkRGSl1Qug

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