jueves, 9 de mayo de 2013

ALEGRÍA

9 de mayo

Esa amiga no sabe quejarse. Ante los problemas, la mujer siempre encuentra una razón para seguir la marcha.

Antes pensaba que era pura negación. Que era una enferma de las excusas y las justificaciones. Porque no es normal que alguien aguante tanto: El hogar disfuncional de su infancia, el embarazo a mitad de los estudios universitarios, sola y, por ende, las deudas de la casa sin nadie con quien compartirlas, un hijo ingrato…

Pero la negra ahí, sin rendirse. Cuando me la encuentro, desenfunda una sonrisa que le empieza en una oreja y termina en la otra, y los ojos se le llenan de luz. Al preguntarle cómo le va, suspira, mira al cielo y dice: “Acompañada”, y suelta la carcajada.

Mi amiga tiene un don.

Es que hay gente que nace con una gran capacidad para la alegría. Tal vez sea solo cosa hormonal. “Endorfina”, explican los médicos. Si es eso, que no creo, mi amiga tiene endorfinas de más.

Digo que no creo porque aunque haya explicación científica, para mí es Dios quien provee la hormona y la alegría de esta mujer. En el Evangelio de hoy (Juan 16, 16-20) Jesús prometió a sus discípulos eso al tratar de explicarles qué pasaría cuando los dejara: “vuestra tristeza se convertirá en alegría (…) y esa alegría nadie se las quitará”.

Les aseguro que a mi amiga la vida ha intentado quitarle la alegría, pero ella se ha negado a perderla. Habrá tenido noches amargas, de soledad total, pero sale de ese fango como persona nueva, bien peinadita e iluminada.

Y tú, ¿estás triste hoy? ¿Alegre? ¡No te dejes quitar la alegría! ¡Desenfunda la sonrisa! Pégate a Jesús que Él cumple.

P.S. Dicen los científicos que la buena música ayuda a producir endorfinas, cuando la experiencia sensorial es placentera. Por eso pulsa aquí: http://www.youtube.com/watch?v=I5ZbF9qTTS8&feature=share&list=RD0279XpO0PrBhM

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