Creer en el Hijo

11 de abril��

“El que es de la tierra es terrenal y habla de la tierra. Pero el que viene del cielo está sobre todos”, dice Juan el Bautista, alabando a su primo Jesús en el Evangelio de hoy (Juan 3, 31-36), en respuesta a unos discípulos suyos que estaban celosos porque Cristo bautizaba más, y tenía más seguidores que ellos.

No puedo evitar sonreír al imaginarme a los discípulos del Bautista preocupados porque Jesús les estaba quitando clientela.

Muchas sectas y no pocas religiones están igual de inquietas hoy. Saben de la enorme hambre de Dios que tiene la gente, y cada cual, con ansias de ganar, monta su plan de mercadeo.

Lo más seguro es que no sepas que eso que te está carcomiendo por dentro es hambre de Dios. Yo tampoco lo sabía. No saber provoca que caigamos en las garras de una tropa que se dice  videntes, dizque sanadores, exorcistas, gurús, “coach” espirituales, maestros orientales, santeros, pastores o espiritistas.

En todos esos rastrojos anduve hace un tiempo, y palpé de cerca esa hambre (debo decir que una gran mayoría son mujeres, y solas), y estuve entre quienes sacan provecho. "Terrenales" hablando de la tierra, con disfraces espirituales.

El Bautista hoy es caballero, se hace un lado para no estorbar al Mesías, y nos enseña con ese verbo filoso que le caracterizó hasta que le cortaron la cabeza: “El que cree en el Hijo, posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él”.

Y creer en el Hijo no es sentir cosas, ni repetir ritos o llevar amuletos; creer en Jesús es tratar de vivir como vivió y murió Él.

P.S. Aunque al final se nos pone relativista, Facundo Cabral intenta un canto de resurrección que le sale bastante bien. Pulsa aquí: http://www.youtube.com/watch?v=rf5VX_aRq-w&feature=youtube_gdata_playerQue