lunes, 5 de agosto de 2013

COLGAR LOS GUANTES

5 agosto

A veces me pregunto por qué escribo esto, si estamos claros que no soy digno ni estoy preparado.

Confieso que hay momentos cuando se me ocurre colgar los guantes.

Hoy Moisés, agobiado por la rebeldía del pueblo, le grita a Dios: “¡Yo solo no puedo cargar” (con esta misión, pues) “supera mis fuerzas!” (Números 11, 4-15).

En el Evangelio otra vez en este año se nos presenta la multiplicación de los panes (Mateo 14, 13-21), y la frase que vuelve a saltar de la página es el reto que antes de multiplicarlos Jesús le lanza a sus discípulos: “denle ustedes de comer”. Es decir, ¡hagan el milagro!

Vemos dos personajes, uno solitario, Moisés, avasallado por la actitud malagradecida del pueblo, con la guardia vencida, que le dice al Padre “ya no puedo (…) más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas”.

En Mateo 14 está el personaje colectivo, los discípulos, quienes también intentan escapar cuando Jesús les dice que son ellos quienes deben atender a la multitud hambrienta. Ellos responden (me imagino la sorpresa-miedo en los ojos), “pero no tenemos con qué, no podemos, somos pobres y tontos…” (cfr. Mt 14, 16-17).

Colgar los guantes... ¿¡Cuántas veces en el camino nos decimos “no puedo más” (…) “no tengo nada para dar” (…) “no soy nadie”!?

Tal vez te sientes así hoy, y crees que no puedes ser evangelizador (a), que no lo mereces o no tienes capacidad.

Me sorprende que cuando más poca cosa me siento, el Señor más insiste.

Por ahora, sigo caminando, y pido al Padre que continúe propiciándome esta respuesta; que a pesar de saberme torpe y sucio, Él siga diciéndome “¡Ve!... limpiate, estudia... y entiende  que quien pone palabras en tu boca Soy Yo!".

Y a ti también te está llamando.

P.S. Para orar dos veces, no encuentro otra canción más hermosa y habladora que "Alma Misionera". Pulsa aqui: http://youtu.be/iIFZRYXgIoA

1 comentario:

  1. Querido Eduardo, le doy gracias a Dios que no cuelgues los guantes. Sé que al igual que yo, muchas personas se enriquecen con tus Hojas Sueltas. Bendito sea mi Dios que te regaló el don de la palabra escrita y bendito tú que lo usas en beneficio de tus hermanos en Cristo Jesús.

    ResponderEliminar