miércoles, 17 de julio de 2013

SAGRADO

17 julio

La cartera de mamá, el dormitorio de la tía, el mostrador de la abarrotería: eran cosas “sagradas”. Jamás me imaginé de niño quebrantando la regla de no tocar, no mirar…, no pasar.

Recuerdo que corrí con todo lo que daban mis piernas preadolescentes, para evitar que una bandera panameña que caía desde la inclinada asta de la escuela Nicolás Pacheco tocara el suelo. La tricolor era sacrosanta...; en aquellos años nos enseñaban que por defenderla, diéramos todo. Estoy hablando de los scouts.

En la Primera Lectura de hoy (Éxodo 3,1-6.9-12) Dios sale al encuentro de Moisés en el monte Horeb, y le dice: "No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado."

Enseguida me pregunté: ¿Por qué hoy ya no veneramos? ¡Hay tan pocas cosas sagradas! Me respondí que tal vez el acceso a tanta información, por medios diversísimos, nos ha quitado la capacidad de reverenciar. Hoy todo está desnudo.

Tal vez por eso no respetamos a los mayores; la autoridad y la verdad nos parecen tan relativas; todo lo podemos manosear, probar, romper…

En la Lectura citada Moisés “se tapó la cara, temeroso de ver a Dios”. Si hubiera ocurrido hoy, no sería raro que lo intentara filmar para subirlo a YouTube.

No nos incumben los misterios.

Un propósito para el día puede ser rescatar lo sagrado en nuestra vida. Busquemos dentro nuestro la capacidad de reverenciar lo reverenciable, porque Dios la puso ahí, y dejemos que nos regale una flor.

No lo entendemos del todo, pero necesitamos lo superior, lo trascendente, eso que nos dé razón para vivir más allá del aquí y el ahora. Pongámonos de rodillas hoy, solo hoy, y busquemos.

P.S. Para quitar el tufillo a queja que tiene la cápsula de hoy, cantemos con Mercedes Sosa “Razón de Vivir”. Pulsa aquí: http://youtu.be/rkb3q1fTjoU







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