lunes, 5 de septiembre de 2011

Un país en agonía

Los defensores de la actual administración, unos convencidos, otros por pura y dura conveniencia, dirán que las estadísticas demuestran que vivimos en un país casi perfecto, y que quienes lo nieguen son enemigos del progreso y la democracia.

La oposición, que no rechaza las cifras, se empeña en resaltar la tara dictatorial del Presidente y la sumisión idiota [uso este término bajo el estricto significado que los griegos le daban a la palabra] de quienes le acompañan en el poder.

Es cierto que las estadísticas pintan un panorama encantador. El continente entero nos mira con envidia, y los expertos no se explican cómo es que un paisito con historia tan amarga puede lograr tan altos rendimientos en tan poco tiempo. Pero todos sabemos que no siempre los números dicen la verdad.

Sí, muchos están contentos con el Producto Interno Bruto, pero más son los que padecen un país de altos precios, bajo calidad de vida, pésimos servicios de salud, ausencia de solidaridad humana, y un sistema educativo que viene en caída libre desde los años ochenta, lo que significa que por lo menos una generación y media se quedó sin oportunidades de salir de la pobreza.

En Panamá, con razón o sin ella, se eligió a Ricardo Martinelli como presidente de todos. Nos lo tenemos que aguantar hasta el 2014. Los últimos acontecimientos apuntan a que su grupo, con él a la cabeza, tratará por todos los medios de quedarse en el poder.

Su discurso, de que los "políticos de siempre" son un cáncer que debe desaparecer porque le han hecho daño al país, se ha convertido en intentos concretos para desintegrarlos. A los que no compró, los anuló. Y los colectivos, enajenados por luchas internas, la ausencia de ideología y objetivos comunes, se están dejando. Es decir, en Panamá no hay oposición articulada e inteligente.

Si a esto le sumamos la guillotina que Martinelli desde un inicio usó para decapitar a voceros de la sociedad civil, a los medios de comunicación social críticos, y a individuos independientes, nos quedamos con un país en el que solo sobreviven los sumisos, o los indiferentes. Dos males terribles.

Apenas nos queda una esperanza: que la mayoría electoral esté fingiendo. Que sea mentira que Martinelli y su tétrico proyecto gozan de tanto apoyo popular, y que en el 2014 el país votante los tirará en el olvido. Si el sucesor o sucesora es mejor o peor, nos lo habremos ganado por permitir estos fenómenos políticos sin pie ni cabeza.

La clave sigue estando en la educación. Un país siempre elige al mandatario que se le parece. Da grima decirlo, pero el ramplón no es el Presidente, es el país. Por eso lo seleccionamos. En la medida que eduquemos a las actuales generaciones, y las preparemos en espíritu y verdad, elegiremos mejor. Para eso hay que esperar y formarnos. Es un proyecto que debe empezar ahora.

Si no lo hacemos, el espectáculo bochornoso de un gobierno rapaz continuará. Peor si el que manda goza de la cantidad de dinero público y privado como el actual. El poder se multiplica. No hay nada más peligroso que un cerril al volante de un Ferrari, y con pistola al cinto.

Las opciones son pocas, casi nulas. Pero nos queda un último recurso: la población que, aún con todas sus limitaciones culturales y espirituales, posee una inteligencia emocional y colectiva esperanzadora.

Tengamos fe.
Trabajemos en esa línea.

Pero cuidado, la bestia vigila e intentará desaparecernos.

4 comentarios:

  1. Nunca me había desilusionado tanto de un mandatario, la poca credibilidad en sus palabras, le dieron su pase seguro a terminar como un presidente fracasado. Qué ciudadano de la república podrá creer en un hombre que miente sin remordimiento, a caso en las próximas elecciones el pueblo entero sufrirá de amnesia?

    ResponderEliminar
  2. ¡JO! eres un barbarazo...geraldine

    ResponderEliminar
  3. NO ESTOY DE ACUERDO CONTIGO. CREO QUE ERES UN RESENTIDO E INCAPAZ.

    ResponderEliminar
  4. Lastimosamente lei esta publicacion tratando de entender lo que piensa la oposicion pero mi cerebro analitico y razonal no encontro nada cuerente en esta misma. Saludos..

    ResponderEliminar