(Sí, es cierto que no todos los curas piensan como sus obispos. Y estoy seguro que no todos los obispos piensan como lo hace la directiva de la CEV, pero no es menos cierto que por la obediencia que nos sugiere la Iglesia, hay que prestar oído a lo que, esperamos, el Espíritu Santo está clamando a través de los jerarcas espirituales en la tierra de Bolívar)
Leamos:
COMUNICADO
“Tenemos que ser Testigo de la Verdad”
El
Estado de Derecho y la Democracia son el marco institucional propicio para el
respeto, garantía y protección de los derechos humanos. El respeto a la
Constitución, la independencia de los poderes públicos, la actuación de los
funcionarios públicos con sujeción al ordenamiento jurídico y la
responsabilidad por la violación de los derechos humanos, son elementos
sustanciales para la existencia de una sociedad democrática
La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana,
en su misión de participar en la construcción de una convivencia justa y
pacífica fundada en la fe y en el respeto a la dignidad humana, lamenta los violentos incidentes ocurridos durante
el presente mes. Nos duele hondamente el costo humano que dejan como saldo las manifestaciones ocurridas en diferentes zonas del
País los días 12 y 13 de febrero, que, hasta el momento, han arrojado 3
ciudadanos muertos y aproximadamente 66 heridos y 80 detenidos.
Ante esta situación:
Rechazamos
· La criminalización generalizada, por parte del
Estado, del derecho a manifestar y protestar.
· La participación de grupos civiles armados al
margen de la ley (paramilitares) con la venia muchas veces de instituciones y
fuerzas pública que tienen el deber de garantizar la paz social y los derechos
fundamentales.
· El uso desproporcionado e indiscriminado de la
fuerza para mantener el orden público, vejando la dignidad humana.
· La restricción de la información y la
autocensura que generan rumores infundados, incertidumbre y desasosiego en la
población.
· Las detenciones arbitrarias,
la irregularidad de la designación de un centro de reclusión
que queda distante del Juez Natural y del sitio donde sucedieron los
hechos.
· Los tratos crueles para con los detenidos que
atenten con la Dignidad Humana.
· Cualquier iniciativa que tienda a
la violencia y tergiverse la voluntad pacifica de los ciudadanos a expresar sus
opiniones, ideas y descontentos.
Exigimos
· A los partidos políticos, a la sociedad civil,
a las instituciones del Estado venezolano a tolerar y reconocer las diversas
ideas, opiniones, planteamientos, para dialogar, negociar y construir de manera
democrática alternativas inclusivas, justas y pacíficas. La violencia y el
conflicto fratricida es un camino ciego.
· Respuestas institucionales apegadas al debido
proceso que orienten de manera eficaz, independiente e imparcial una
investigación para garantizar la verdad y la consecución de la Justicia.
· Un listado de los detenidos con su ubicación exacta
y cargos que se le imputan, para garantizar el derecho a la legítima defensa y que
la familia tenga la información de su familiar.
· El respeto al derecho a manifestar y protestar
de manera pacífica en el marco constitucional.
· Al Estado Venezolano a respetar el derecho a la integridad personal y a las
garantías judiciales de los detenidos.
· Al Estado adoptar mecanismos para evitar el
uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes públicos en marchas y
manifestaciones de protesta.
Nos
solidarizamos con todos los familiares de las víctimas, expresándoles nuestras
palabras de condolencia y nuestra oración en estos momentos de tristeza y
dolor.
Pedimos
a todos los cristianos: orar intensamente y trabajar en la construcción de la
paz, dando testimonio de un auténtico seguimiento a Jesucristo, nuestro Señor,
para hacer posible en nuestro país la fraternidad de los hijos e hijas de Dios.
Elevamos nuestras oraciones por todas las víctimas de la violencia y sus
familiares.
Nos comprometemos desde la Vicaría de Caracas, La Vicaria de Los
Teques y la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal a
trabajar conjuntamente con el Foro por
la Vida en el acompañamiento y la
asesoría las víctimas y hacer un
seguimiento a los hechos ocurrido, exigiendo una investigación independiente,
la garantía y el respeto de los Derechos Humanos.
“…La paz se construye día a día, en
la instauración de un orden querido por
Dios, que comporta una justicia
Más perfecta entre los hombres…” Papa
Francisco (EG 219)
En Caracas, a los 14 días del mes de Febrero del 2014
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