La noche del 4 de mayo pasado vi a un José
Domingo Arias demolido. Solo él ignoraba la devastación. Hasta los cuatro gatos
que tuvieron la gallardía de acompañarlo a su propio sepelio, estaban al tanto
de lo que ocurría. Pero él no; a pesar de la evidencia, Mimito seguía esperando
un milagro.
En ese momento sentí pena por él.
Ante las cámaras, vimos surgir de sus propios
escombros al verdadero José Domingo, el que carecía de cancha, el que no sabía fumar
bajo el agua. Se nos mostró el Mimito sin dientes para la política de callejón,
el verdadero, el pánfilo.
Lo habían dejado solo, y ante la falta de guión, no
supo hacer otra cosa, en cadena nacional, que ser él mismo, y se desarmó. Casi llora
en público.
Hay una foto en la que está mirando la
pantalla gigante donde aparecían los porcentajes, y se le ve la cara de susto
de quien ve venir de frente un camión sin frenos. La gente que está alrededor de
él en la imagen tiene otra expresión, de desilusión tal vez, de cabreo,
distinto al espanto de Mimito. En esa foto, José Domingo se parece tanto al personaje
de “El Grito”, de Edvard Munch, que provoca ceñirlo antes que se vaya a
desmayar.
La cara de susto de quien tiene de frente un camión sin frenos |
Ojo que no me estoy burlando; en realidad sentí
y siento empatía por este hombre que se prestó para la chanza del partido
gobernante. Solo me estoy preguntando qué fue peor, si perder, o saberse abandonado
cuando el barco se hundía.
Esperé hasta hoy para escribir estas líneas,
contando que su partido le rendiría un homenaje o algún tipo de desagravio. Ha
ocurrido lo contrario; lo archivaron, lo metieron en la caja de los trastos
rotos. No hemos vuelto a saber de él.
Un político “de siempre” al que consulté, me
dijo que no fuera ingenuo, que Mimito tenía los bolsillos llenos, y esa
cantidad de dinero debía ser medicinal para salir de la depresión, si es que la
tiene.
La lógica me dice que algún tipo de título
honorífico le debieran dar en su partido, como premio por dejarse patear sin
quejarse. Pero también es verdad que en estos tiempos en el país los humanos de
cierto pelambre no son muy lógicos que digamos.
Tal vez el Presidente Electo tenga la
hidalguía de llamarlo, de tenderle la mano y sacarlo de la isla desierta donde
sus propios “amigos” lo tienen proscrito, y lo salve del naufragio total.
P.D. Tal vez por este último párrafo, el
político de siempre vuelva a llamarme ingenuo.
Yo creo que a ese man hay hacerle un monumento... en Coiba...
ResponderEliminarE.-
Pocas personas han sido tan sutiles como tú, Eduardo, ante este personaje. Todavía no estamos preparados para valorar bien su calibre. ¿Fue un instrumento? ¿Sabía a qué atenerse? ¿Sería otro Solís Palma, otro Aristides Royo?
ResponderEliminarQuién sabe. Y ya es mejor no saber.
Ana P.
No me parece que este Mimito merezca homenaje de nadie, ni de su propia gente, pues se prestó, con su silencio, a un montón de barbaridades que nos llenaron de estrés. ¡Fuera!
ResponderEliminarIngenuo.
ResponderEliminarP.G.
Me quedo con tu último párrafo.
ResponderEliminarA veces lo que le parezca no es. Jose Domingo no esta solo nos tiene a lis 562, 000 panameños que votamos por el, tiene a sus amigos nosotros los verdaderos CD que siempre lo apoyamos y lo seguiremos apoyando .El no fue puesto de a dedo como hicieron ver los medios el llegó a ser candidato a presidente con el apoyo de las bases . Hoy no es fácil para nadie perder asi fuese o el electo presidente. Quien te enseña a perder , ,nadie puede estar en los sentimientos de otro. No lo han abandonado ahora como todo el torneo tenemos que defender las curules ganadas y el al igual que el presidente saben lo que hay que hacer cuando uno ests solo contra todos.
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