viernes, 22 de octubre de 2010

LA SOLEDAD

Hoy voy a pontificar. 

Discúlpenme, pero lo haré más para leerlo que para mostrárselo a ustedes, queridos míos. Es que necesito escuchar estas palabras, requiero esta resonancia en el casquete, algo que haga las veces de sonar y me ayude a dirigir hacia el lado correcto esta carcasa que mis padres bautizaron con el nombre de Eduardo. Lo hago para sacarlo de adentro, donde estas ideas me dan vueltas y vueltas como serpientes de fuego. Hablaré de estar solo, en cuerpo y alma.

Ahí va la vaina:
Desde que salimos del vientre de mamá nos inocularon la creencia de que para ser "normales" debemos tener una pareja, procrear hijos,... hacer familia. Desde que empezamos a flotar en el vientre calientito de Chefa escuchamos el sonsonete aquel de que debemos estar acompañados.

Pienso que esa creencia es la que provoca el miedo a la soledad. Y ese miedo empuja como patada de mula. Inclusive puede provocar decisiones equivocadas y hasta venenosas para el bienestar emocional. Hay quienes en lugar de aprovechar que no se tiene pareja (para reencontrarse con ellos mismos, para darse cuenta de lo que quieren y lo que no, para abrirse y conocer gente y fortalecer amistades verdaderas que siempre han estado ahí), en lugar de echar raíces en tierra nueva y abonada, sienten la angustia de estar solos y se lanzan a los primeros brazos que pasan por la vereda.

Ocurre que se intenta volver con alguien del pasado con quien la relación no funcionó; aceptan a cualquiera con tal de estar "acompañados"; se esfuerzan por salvar la pareja que tienen, aunque sea conflictiva o dañina; defienden lo indefendible del otro, con tal de encontrar las excusas que mantengan la nave por encima de la línea de flotación.

Muy pocas veces se acepta que quedarse solo (o sola, perdonen, bellas mías) es la mejor opción.

Piensa serenamente: ni en los peores momentos de tu vida has estado solo en realidad. Mira a tu alrededor. Hay más de una persona en quien puedes confiar a ciegas. Esa o ese que es incondicional y estará allí para apoyarte cuando lo necesites. Tal vez es alguien que ya estuvo a tu lado en muchas ocasiones, o alguien que desea que le des la oportunidad: un familiar, un amigo, vecino, compañero de trabajo... ¡No tiene porque ser ese o esa que se va contigo a la cama! ¿Por qué todo se reduce a sexo?

El miedo a la soledad es un pésimo consejero. Es, sin duda alguna, la vibración espiritual más baja que existe. Te apaga todos los "brekes" (los electricistas sabrán de qué estoy hablando). Te cierra las llaves de paso (esto lo entenderán los plomeros). Te llena de virus el disco duro (Aquellos que están leyendo esto en el blog o en Facebook, sin duda saben cuál es el tiro). El miedo ahuma, sala, carcome...

Por eso al miedo, palabra de dientes constrictores -ancha y reptil- ¡fuera!

Siempre se tiene la posibilidad de elegir con quien compartir la vida, y también decidir si la relación te hace feliz y te permite crecer, o está agotada y no hay vuelta atrás. Creo que lo importante es detectar si el vínculo se está moviendo, porque si no es así, se pudre. En la naturaleza (y en lo que algunos llaman Cielo o Cosmos, -cada cual póngale el nombre que quiera-) los fenómenos tienen lugar solo cuando algo se mueve. Eso lo dijo nada más y nada menos que Alberto Einstein, y el tipo tenía cómo y por qué saber del asunto.

Continuar con un vínculo roto o estancado, o iniciar otro movido por la patada de mula del miedo a la soledad, te hará infeliz. Y en el Universo, que es equilibrio y armonía, la infelicidad es una nota discordante, un pedo. 

Enfrentar el fantasma de la soledad es más sencillo de lo que se cree. El estar solo te presenta la enorme oportunidad de conocerte, de reconstruirte, de purgar el Ser que eres y convertirte en quien debes, de aplicar la reingeniería en tu mente, tu alma y tus cuerpos. Sacudir el miedo te dará la oportunidad de moverte, y el movimiento, la reconversión, da paso a la luz.

No tengas miedo a dejar eso que te ata: la pareja, tu casa, el empleo, la ciudad, el país: todo aquello que te está haciendo infeliz. Salta y no temas.

Y perdona si todo esto que he escrito es una perfecta ñamería y te revientas el coco al caer. (jajajajaja)




7 comentarios:

  1. Ahora sí que te perdimos, loco mío.

    Yess

    ResponderEliminar
  2. Diossss! extraordinario...

    geraldine

    ResponderEliminar
  3. Excelente y contiene muchas verdades.

    RR

    ResponderEliminar
  4. "buen salto" le dijo el "tony" a rubén p

    ResponderEliminar
  5. Cuando se toman decisiones deben hacerse por uno mismo, no por quedar bien con otros. Muy sabias tus palabras, si te sientes bien...perfecto. Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas, permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la soledad…encontrarnos con nosotros y comprender que se puede vivir feliz hasta en la soledad!
    “Si nubes negras tengo en mi camino, hoy traigo mi paragua blanco para verme diferente”. Te envio un cálido abrazo y muchos muaxxxxxxxxx JULS.

    ResponderEliminar
  6. Eduardo.

    Como siempre, muy bueno tu escrito. Hay personas tan necias que no pueden comer solos ni ir a un evento solos. En realidad uno nace solo y se muere solo, nadie se va con nadie. Además, a la hora que tengas que rendir cuentas en un juicio final lo harás individualmente. Hay miles de personas que están viviendo un infierno, por solo aparentar que tienen una pareja. Tiene que ser como tu dices, algo tiene que moverse, llenarte, darte calor, para que sientas una verdadera compañía. Si estás con alguien vacío por el solo hecho de no estar solo, sería como vivir con un fantasma.

    H.S.

    ResponderEliminar
  7. Te mandé un correo a la dirección que tenía. Escríbeme, quiero enviarte mis dos novelas publicadas. El libro de relatos, para el cual iba tu prólogo, saldrá en junio. Eso espero.

    Parece ser que ya no estas en el periódico ¿es así o estoy alucinando? Dado el caso no te preocupes, seguramente encontraras algo mejor.

    Besos de luz,

    ResponderEliminar