lunes, 14 de diciembre de 2009

POESÍA A VEINTE MANOS

La semana pasada publiqué un poema al que algunos de ustedes calificaron de "bonito". Otros dijeron "bueno". Entonces entendí que era una torta cabal, la que necesitaba que le torcieran el pescuezo.

Gracias a las sugerencias que algunos hicieron en este blog (poetardo.blogspot.com), otros en Facebook y los más en mi correo personal, tuve el ánimo de meterle candela a esos versos, y construir un nuevo artefacto. Sigue huérfano de ciertas virtudes elementales de la poesía, pero tiene la gracia de haber sido amamantado por un grupo de gente que, en su mayoría, no es poeta. Sólo me hablaron de lo que les gustaría leer. Eso fue nuevo y bueno para mí.

Dice así:


Llévame contigo
Polizón en tu regazo
En la bolsa de cosméticos
O en el libro de poesía
A horcajadas  a rastras o colgando de una lágrima
Pero no me dejes a merced de esta soledad dentuda,
Constrictora y fea

Llévame…
En la conciencia cual espiritual gendarme
Como anillo, esclavo en tu blanca mano
Perdido en los surcos de tus huellas digitales
O en el bolsillo donde guardas las monedas
Déjame ser ese lápiz en tu oreja sujetado
Lunar en tus caderas bienandantes
Tatuaje adolescente en los abismos de tu espalda
O la lúbrica mirada que niegas a mis afanes

Llévame…
Pendiendo de tu cuello, crucificado
Escondido en la página secreta
De tu viejo pasaporte
Te acompaño donde vayan tus dolores y tus mieles
Llévame en tu pecho
Como un último suspiro

O en tu boca
como un beso.

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