sábado, 4 de julio de 2009

Las mujeres son sordas

En este tema soy perito. Gracias a Dios tengo madre [linda, con una voluntad de acero inoxidable y una risa bulliciosa]; esposa [de raíces de granito y solemne terquedad]; dos hijas [en realidad son dos tiranas bellacas y de azúcar, que hacen de mí lo que quieren]; hermanas [una que siempre dice ser "mi lado oscuro", y tres más que ya dejaron de cumplir hace treinta años]; cientos de primas, sobrinas [es una muchachada batahólica]; y amigas de todos los calibres y tonalidades, que tienen sembradas en mis emociones las cruces y rosales propios de cualquier Campo Santo. De todas ellas puedo confirmar lo mismo: son sordas.
Y es porque la mujer proviene de una estirpe estatuaria [recuerden a la mujer de Lot]: Son frías o calientes, dependiendo del entorno; son capaces de permanecer en el mismo lugar por años, aunque el mundo se les esté cayendo alrededor; no hablan ["son un océano profundo de secretos", dijo la viejita en la película Titanic]; algunos dicen que tienen corazón de piedra, pero yo no lo creo... y son sordas.
Creo que Eva no infringió la orden divina por necedad, sino por sordera: eso de no comer del árbol que estaba en el centro del Jardín le entró por un oído y le salió por otro. O tal vez la advertencia de Dios entró en su conducto auditivo, pero se quedó trabada en la membrana timpánica, o en algún lugar periférico de su trompa de Eustaquio; simplemente no la oyó... era sorda.
El caso de Adán fue diferente; ese no fue otra cosa que un tonto enamorado.
La sinuosa historia de la humanidad está llena de casos parecidos: Dalila, Cleopatra, Juana de Arco, María Antonieta, Manuelita Sáenz, Sara Sotillo, Evita, Margareth Thatcher, Violeta de Chamorro... todas ostentan la misma condición: una incurable y rotunda sordera.
Por eso hicieron lo que les dio la gana, cambiando el mundo conocido. Desajustaron las tuercas de la historia, volvieron a ponerlas en su lugar [pero a su modo muy particular], y pusieron a rodar loma abajo la rueda de los acontecimientos que las convirtieron en personajes inolvidables.
Pero puedo decir que no oían. Les decían que para la izquierda, y giraban a la derecha; les advertían que no se pusieran tal o cual vestido, y se lo ponían porque sí; les sugerían que no era buena idea esa de abrir la caja de Pandora y ¡zas! la puerta abierta.
Me dice un caricaturista amigo, es decir, un tipo cuyo trabajo consiste en convertir la vida en una hipérbole, que las mujeres nacen con un cromosoma especial y único en ellas: el de llevar la contraria... es decir, la sordera.

8 comentarios:

  1. Sr. Soto: me encanta su escrito (Como muchos de los que he leído) porque muestra el deseo incansable de explicar el comportamiento femenino desde su historia hasta su actualidad, su conclusión de que las mujeres han hecho lo que les ha dado la gana porque son sordas puede ser un premisa digna de considerar para ver como las mujeres sobrevivieron y evolucionaron de ser un objeto a persona y luego a líderes. Sin embargo, estaría en contraposición quienes aseguran que a las mujeres se emocionan por lo que escuchan y los hombres por lo que ven. Excelente artículo, espero la parte dos..

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  2. Coincido con la señorita Kathia en dos aspectos: lo contradictorio en cuanto a que la mujer tiene su motor de búsqueda en el sentido auditivo y, segundo, que una parte dos se hace justa y necesaria.

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  3. Querido Amigo: Tengo que calificarle este escrito como muy interesante. No soy muy versada en las letras como usted o como muchos y muchas de sus amigas, pero soy una amiga que lo ama entrañablemente,usted lo sabe y le admiro mucho. Sin embargo, no se si usted sabe que, si nosotras somos sordas, ustedes son retardados (en el buen sentido de la palabra? Entiendo que usted debe saber que las sordas, a pesar de nuestra sordera, podemos hacer muchas cosas a la vez? Podemos estar escribiendo en la computadora, como lo estoy haciendo ahora, hablar por el celular, secar la ropa, poner la ropa de cama a lavar, preparar el almuerzo dominical, contestarle una pregunta a mis hijos y no perder el hilo de lo que estoy haciendo....No, no soy una super mujer, soy una mujer normal, sorda pero una hermosa creación que Dios hizo para acompañar y ayudar a que los lentos puedan hacer las cosas más rapidamente debido a que, la parte del cerebro masculino que Dios decidió no desarrollar iba a necesitar de la gran ayuda de las mujeres sordas!!!!!! podría seguir pero lo hare en la proxima. Un besote.

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  4. Amigo talvés no tenemos la audición tan aguda, como dice usted, pero hay algo muy cierto y es que los hombres nos tienen miedo, por ello han evitado por siglos que lleguemos al poder. Sabemos llorar, pero no somos cobardes, cuando queremos algo no hay nada que nos detenga para obtenerlo. Cuando amamos lo hacemos con el corazón, pero de igual manera podemos odiar. La sordera, que usted nos atribuye, no afecta nuestros sentimientos, somos madres, hijas y además nos hechamos a cuestas a los hombres o sea a los esposos, que nos necestian hasta para ponerse la corbata. Ay! Hombres que harían sin éstas sordas?.

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  5. Estoy de acuerdo con el señor Soto. Es que la sordera esa es terrible, y agobia, y cierra caminos.
    Pero debo confesar que prefiero a esas sordas que a cualquier cosa sobre la tierra.

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  6. Sr. Soto, magífico escrito!
    En esencia, los hombres y mujeres somos sordos. Si, lo somos. Aunque se puede interpretar en que las mujeres filtramos la información que recibimos y la aplicamos en función de lo que queremos lograr. Cuando el hombre no quiere escuchar (se pone sordo) simplemente se hace el distraido.
    Saludos

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